Born in 1898 in Oxaca Mexico, Wilfrido C. Cruz was a political figure as well as the author of the folklore book “El Tonalamatl zapoteco” (Number of pages 160)
ensayo sobre su interpretación lingüística. Published 1935 by Imprenta del gobierno del estado in Oaxaca de Juárez in Spanish.
Table of Contents
El Tonalamatl zapoteco.
Los numerales zapotecos y su representación gráfica.
El mito y la leyenda zapotecos.
Los Binigulaza [leyenda]
Guelaguetza.
BIOGRAFIA (SPANISH):
tomada de: http://www.ieepo.gob.mx/2c4m.htm
Un sol se oculta. El 26 de agosto de 1948, a las 12:30 hrs., Wilfrido C. Cruz dejó de existir. El ilustre político e intelectual abandonó para siempre esta plano de la existencia, para ser una más de las leyendas que narra en su Oaxaca Recóndita.
Wilfrido C. Cruz nació en El Espinal, Oaxaca, el 12 de octubre de 1898. Hijo de Hilario Cruz Toledo y Antonina Castillejos, cursó sus estudios primarios en su pueblo natal y, muy joven, ansioso por adquirir nuevos saberes y experiencias, viajó al estado de Veracruz, donde estudió la preparatoria. Los estudios profesionales los cursó en la Universidad de México, en la Benemérita Escuela de Derecho, donde culminó su carrera como abogado en 1921.
De niño le tocó vivir el esplendor y abundancia que trajo la operación del ferrocarril que recorría las tierras istmeñas de Salina Cruz a Coatzacoalcos. Tenía once años cuando estalló el movimiento revolucionario de 1910 y a los doce, ya en Veracruz, recibió la noticia del levantamiento de José F. Gómez en Juchitán. La revuelta de Che Gómez angustió su alma juvenil, el creer que sus familiares, que habitaban la cercana comunidad de El Espinal, serían objeto del hostigamiento derivado de los hechos de guerra.
Por si lo anterior no fuera suficiente, sufrió también la afrenta que los yanquis le hicieron a nuestra patria cuando la invasión de Veracruz A sus 16 años, Wilfrido, seguramente indignado por lo que pasaba en Veracruz, la tierra donde se creía a salvo, vio reforzada su convicción republicana y acendrada su identidad étnica así como su conciencia de lo que significaba la libertad y la soberanía nacional. Este acontecimiento debió cimbrar al joven Wilfrido, y tanto sus trabajos científicos y literarios, como su desempeño en tanto hombre público, le deben en mucho su fuerza y brillantez a la experiencia vivida en Veracruz.
Las cosas no pararon ahí. Parecía que el destino se empeñaba en templar al joven espinaleño. En 1915, el Congreso del estado de Oaxaca se declaró soberano y desconoció al poder ejecutivo federal. Como consecuencia de lo anterior, se desató en Oaxaca una guerra que dejaría saldos dolorosos. En 1916, las fuerzas carrancistas destacamentadas en el Istmo hostigaron a los habitantes de la región, lo que de nuevo sería motivo de angustias y zozobras. Finalmente, ese mismo año, las fuerzas carrancistas avanzaron sobre la ciudad de Oaxaca, la cual fue tomada sin disparo alguno y derrotadas las fuerzas de la soberanía.
Recién egresado de la universidad, fue secretario particular del gobernador Manuel García Vigil y director del periódico Patria, editado en esa época. Durante el periodo de gobierno del general Anastasio García Toledo desempeñó el cargo de Agente del Ministro Público en esta ciudad de Oaxaca y, posteriormente, fue diputado federal por el círculo electoral de Juchitán.
En 1924 casó con Juana Salazar Chávez, hija de don Darío Salazar y doña Isaura Chávez. El matrimonio viajó a Huejutla, Hidalgo, donde permaneció del 9 de enero al 30 de diciembre de ese año. En enero de 1925 el matrimonio reaparece en Lomejutla y en abril dan cuenta ya de su primera hija: Judith Cruz Salazar, de quien le envían una postal a su familia en Oaxaca.
El 29 de abril de 1934, Wilfrido C. Cruz fue designado secretario general del Partido Nacional Revolucionario (PNR) y, en ese mismo año, presentó un proyecto de reglamento para la Sociedad de Abogados Oaxaqueños. En 1935 lo veremos ya como catedrático del Instituto de Ciencias y Artes del Estado de Oaxaca donde, en febrero, dicta una conferencia magistral titulada: «Crítica sobre la filosofía del marxismo». Fué también en 1935 cuando formuló un nuevo proyecto del Código de Procedimientos Penales, y aparece publicada su obra El Tonalamatl Zapoteco. Ensayo sobre su interpretación lingüístico.
En 1936 es postulado por el PNE, su partido, como candidato a senador por el estado de Oaxaca junto al candidato a gobernador del momento, coronel Constantino Chapital, quien en aquel año todavía era diputado federal. En 1940, Wilfrido C. Cruz reaparece como presidente del Centro Directivo pro General Vicente González Fernández y trabaja intensamente para postular a su amigo como candidato a gobernador del estado, tarea que finalmente redundó en el arribo al poder estatal del general González. En 1946, es ya magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal y, en ese mismo año, aparece su libro Oaxaca Recóndita. Razas, idiomas, costumbres, leyendas y tradiciones del estado de Oaxaca.
Wilfrido C. Cruz enferma en 1947. Para aliviar sus dolencias, se trasladó a la ciudad de Oaxaca, donde al año siguiente terminó sus días a causa de la complicación de padecimiento nefrítico.
ORIGEN DE LA CULTURA ZAPOTECA
Publicado el agosto 16, 2010 por ecochac
ORIGEN DE LA CULTURA ZAPOTECA
Por Gubixa Zaabedxe
(Original content: http://ecochac.wordpress.com/2010/08/16/origen-de-la-cultura-zapoteca/)
UNA LENGUA DEL GRUPO OTOMANGUE
La lengua otomangue es considerada por los estudiosos una lengua arcaica extinta, hablada hace más de 7 mil años, de la que se derivan unas 10 lenguas que se hablan en Oaxaca, una de las principales es el zapoteco.
DANNIBEDXE, EL CERRO DEL JAGUAR
La lengua zapoteca o Didxazá. Según los lingüistas, los zapotecos son los habitantes más antiguos de Oaxaca; ésta lengua surge hace unos 4,500 años del otomangue. Didxazá o Zapoteca es una palabra compuesta del didxazá: didxa, palabra o lengua; zaa, nube, nombre del país o Nación; y zapoteca, del nahua pochteca, comerciante. “Comerciante de la nación Zaa”. Así mismos se dicen actualmente benza, binnisa, binizaa, es decir “gente del país de las nubes”. Actualmente se reconocen 58 variantes dialectales, hablados en las regiones de las Sierras Norte y Sur, Valles Centrales e Istmo de Tehuantepec. Es la lengua más diversificada de América, con 423,000 hablantes.
Los origenes míticos de los zapotecas
Una tradición zapoteca menciona a Petela como su Patriarca, al cual atribuyen haber sido sobreviviente de uno de los diluvios y quién condujo y guió a su pueblo hasta los Valles Centrales de Oaxaca, donde fundaron Teotitlan del Valle (Xaquija, Constelación celeste). Se dice procedían del oriente de una ciudad mítica llamada Tamoanchan (se desciende a su hogar), de acuerdo a una Relación de Ocelotepe elaborada por Nicolás Espíndola el 15 de mayo de 1580.
BINIGULAZAA. PEÑA DE LA LAGUNA DE ZOPILOAPAN, IXTALTEPEC
Otra tradición mencionada por Wilfrido Cruz, acerca del origen de los zapotecas, los refiere en la leyenda de los Binigulazaa, escrita en su libro el Tonalamatl zapoteco publicado en 1926. Relato que retoma Gabriel López Chiñas en su libro Los Vinigulasa, editado por la UNAM en 1974. En dicho relato refiere que los padres de esta cultura “descendieron de nubes en forma de aves hermosísimas, de plumaje multicolor y de extraños y melodiosos cantos… Eran los más valientes guerreros y los más ilustres sacerdotes. Eran de alta estatura y algunos dicen que tuvieron una talla gigante. Eran magos, médicos y adivinos y sabían leer en los cielos estrellados los caprichos del futuro”.
Dicen que los binigulazaa “anunciaron su desaparición, siglos antes de que la estrella cauda que aterrorizara a Moctezuma II, iluminara los cielos… y que muertos, desaparecidos o metamorfoseados (en jaguares, lagartos, águilas, grandes peñas o árboles), los binigulaza, de la gran nación Zaa, sólo quedaron los débiles, los pusilánimes que más tarde fueron los esclavos del conquistador”.
Aunque “lo más probable es que la desaparición de los binigulaza se relaciones con alguno de los cataclismos que los nahuas llamaron Soles. Pero la tradición refiere que los Binigulaza se arrojaron a las aguas de los ríos Atoyac y Tehuantepec, consagrados por los zapotecas para sus ceremonias rituales. Convirtiéndose en peces y animales de toda clase, o bien en idolillos de piedra”.
Posibles orígenes de los zapotecas según las crónicas
Basándose en cronistas anteriores, el padre Gay hace hincapié sobre los zapotecos “sus costumbres fueron por mucho tiempo humanas, como las de los toltecas y siempre menos crueles que la de los aztecas. Se creían los primeros pobladores de la tierra, alegando esa antigüedad como título de honor y un motivo de referencia sobre otros pueblos.” En lo cual coinciden diversos investigadores.
PRIMEROS MIGRANTES A VALLES CENTRALES DE OAXACA
Por la antigüedad que se le atribuye, la importancia política y el amplio territorio de acción que mantuvo durante más de cuatro mil años. Fray Juan de Torquemada los hace venir del norte, lo que se encuentra confirmado por las tradiciones de los indios y el sentido de sus pinturas, dice el padre José Antonio Gay, “especialmente una que se halló en Coatlán hacía el tiempo de la conquista.
Los historiadores coinciden en que zapotecos y toltecas eran pueblos diferentes, que entraron a América en la misma época, pues unidos hicieron su peregrinación desde Asia. “A la muerte de Teponahuaztli, en la tierra de Cham, dice el historiador Pedro Herrera, Cuapitz, para proseguir su peregrinación, se puso a la cabeza de los toltecas, los xicalancas, los olmecas y los zapotecas… procedentes del país de Sennar, poco después de haberse edificado la torre de Babel. En este caso hay que dar a los zapotecas la más remota antigüedad.”
Y continua el padre Gay, “Teponahuaztli, según el señor Núñez de la Vega, citado por Buturini, fue nieto de Noé, vio la torre de Babel… Así, pues, los zapotecos, los olmecas, los toltecas y los jicalancas peregrinaron desde Asia para América, poblaron la ciudad antiquísima de Huehuetlapallan (Monte Albán?), intervinieron en la construcción de los celebres palacios de Palenque. Boturini dice que reinando Ixtlilcuechahuac (segundo rey de Tula en la primera serie), cerca de los años 660 de la Encarnación de Cristo, Huemac el celebre astrónomo, convocó a los sabios de esta nación, y con su auxilio y el consentimiento del rey, formó el famoso libro Teoamoxtli, en que se daba razón del origen de los indios, de su dispersión después de la confusión de las lenguas en la torre de Babel, de su peregrinación por el Asia, de las ciudades que fundaron en América, de la fundación de Tula y de los monarcas que habían tenido hasta aquel tiempo, así como de las costumbres, leyes, ceremonias del culto.
Los chinos visitaron el país de las nubes
El pasaje que nos presenta el padre Gay, es sumamente interesante, pues coincide con las noticias relatadas en el libro del Fusang, escrito por el viajero chino Hui Seng, monje budista, provenientes de Jibia (Cachemira), durante la dinastía Wei; de quien se presume “llegó a lejanos países al otro lado del Mar oriental que los historiadores han identificado con California o México principalmente.” Señala Vargas Martínez, pero quizá se trate de Monte Albán o Teotihuacan, pues en esos años no existía Tenochtitlan. Esto sucedió entre los años 458 a 499, tiempo que permaneció y regresó a China a informar a la corte de su hallazgo.
CRANEO, PINTURA RUPESTRE EN LA PEÑA DE LA LAGUNA DE ZOPILOAPAN, IXTALTEPEC
Quetzalcóatl uno de los civilizadores en épocas tardías
Por otro lado no deja de asómbranos saber que “… algunos sabios pensadores (opinan) que hubiese habido dos imperios toltecas. El primero, a la que tal vez pertenezca la primera serie de monarcas asignada por Torquemada a Tula, tuvo por capital a Huhutlapallan, fundada a los 2,237 años de la creación del mundo, según Veitia,… En esta ciudad tuvo lugar la corrección del calendario verificada cien años antes de la era cristiana, según Boturini; en el año Uno Pedernal, que corresponde a 3,901 de la creación, según Veitia. Poco después de esta corrección, los zapotecos, unidos a los olmecas y los jicalancas, se alejaron de su antigua patria para poblar el territorio que hoy pertenece a los estados de Oaxaca y Puebla. No muchos años después, en el que los indios señalaron con el jeroglífico Uno Caña, que debió ser el año 63 de la Era cristiana, Quetzalcoatl, a la cabeza de otros extranjeros, enseñó en Huhutlapallan una doctrina nueva, intentando una reforma civilizadora… En esta suposición, los zapotecas poblaron el Valle de Oaxaca, poco menos de 100 años antes de Jesucristo.”
Algunos años después de poblado Tollán, aportaron en Pánuco gente de traje y costumbres desconocidos hasta entonces. Vestían túnicas largas y negras como las sotanas de los clérigos, abiertas por delante, con mangas anchas que llagaban hasta el codo. Su trato era dulce y su inteligencia bien desarrollada.”
Sin embargo este relato lo ubica a finales de la Época Clásica (700-900 d.C.). Estos extranjeros, guiados por su caudillo Quetzalcoatl, llegando a Tula enseñaron las artes al pueblo y dictaron leyes civilizadoras. Por esta causa fueron estimados y honrados en la ciudad capital de los toltecas, más viéndose perseguidos después, hubieron de huir refugiándose en Cholula, en donde permanecieron algunos años, gobernando sabiamente al pueblo. “Durante el tiempo de su residencia en este lugar, Quetzalcoatl envió una parte de los suyos “a la provincia de Huaxyacac, a poblarla, y a toda la mixteca alta y zapoteca; y estas gentes dicen que hicieron aquellos grandes y suntuosísimos edificios de Mixtlan.”
“No… fueron únicamente los extranjeros, compañeros de Quetzalcoatl, los que vinieron a poblar la Zapoteca, sino también muchos otros de los primitivos pobladores de Tula, discípulos y adeptos suyos…” Los historiadores refieren que, en efecto, destruidos por el hambre, las guerras y otras plagas, los restos miserables de aquel pueblo perseguido por la desgracia, emigraron hacía Onohualco y Guatemala, dejando a muchos a su paso en el Estado de Oaxaca.
Las aportaciones de la arqueología prehistórica
Actualmente algunos investigadores como Román Piña Chan sostiene que “la cultura zapoteca es el resultado de un largo periodo de desarrollo, en el cual intervinieron principalmente grupos de la Costa del Golfo y gentes sureñas emparentadas con los mayas; iniciándose el poblamiento de Oaxaca con el asentamiento de algunos grupos en sitios de Monte Albán, Huamelulpan, Monte Negro, Yagul, Laguna Zope, Juchitán, Puerto Ángel, etcétera, los cuales están afiliados a los olmecas de la Costa, y habían comenzado a infiltrarse en tierras oaxaqueñas desde unos 900 años a. C.”
CUEVA DE GUILA NAQUITZ, CERCA DE MITLA. UNO DE LOS SITIOS DONDE SE ENCONTRARON EVIDENCIAS DE LA PRESENCIA HUMANA DE HASTA 12 MIL AÑOS DE ANTIGUEDAD. ILUSTRACIONES DE JUAN DE DIOS GOMEZ R.
Aunque la mayoría de los historiadores convienen que las primeras migraciones humanas que cruzaron por el estrecho de Bering lo hicieron alrededor 30 mil años atrás; los estudiosos de las culturas de Oaxaca, han podido comprobar la presencia del hombre en Valles Centrales hace 12 mil años. Con sus investigaciones han podido establecer una secuencia evolutiva de estos pequeños grupos de nómadas, hasta desarrollar una agricultura incipiente, alrededor de 8 mil años, para llegar a conformar un sistema agrícola muy eficiente hace 4 mil años aproximadamente, que hoy conocemos como milpa (frijol, calabaza y maíz).